Promociones de bajo vuelo

. martes, 5 de septiembre de 2006

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Esta mañana leía en la prensa que la compañía europea de aviación low cost Ryanair lanzaba una promoción, por la cuál convocaba en la capital catalana al colectivo usuario de la compañía de bandera española Iberia descontento con sus últimas actuaciones (por cierto, ya lleva uns cuantos desaciertos). En la convocatoria Ryanair ofrecía vuelos gratuitos a quién asistiera con alguna pancarta que proclamase los motivos de su descontento con Iberia (que habrá unos cuantos, para empezar su personal de tierra del aeropuerto de Barcelona que hizo una huelga salvaje este verano. Léase este apunte en El Confidencial que defiende la medida).

De entrada no me ha parecido ninguna gran idea, la publicidad comparativa que tanto gusta en los EEUU ni es una práctica habitual en Europa ni considero que sea socialmente responsable. En cualquier caso no he dado la menor importancia al hecho, y me he preguntado si asistiría alguien... Sorpresa la mia cuando este mismo hecho ha sido noticia por la tarde: Una promoción de Ryanair en Barcelona, con críticas a Iberia, acaba en un tumulto. Y es que como deben valorar ellos han muerto de éxito: sólo habían previsto regalar 500 vuelos, cuando la asistencia se ha contado por miles. La policía ha tenido que retirar a la empleada de Ryanair ante la avalancha furiosa de asistencia sin regalo...

La relación con las empresas de la competencia es un ámbito importante en el sistema de gestión ética de una empresa. Si jugáramos a eso de "Si fuera...", a buen seguro que Ryanair no saldría favorecida. Me gusta comparar la personalidad de las empresas con la personalidad de las personas, valga la redundacia, y en este caso en un estudio de mercado seguramente Ryanair aparecería como una persona maleducada, molesta, chillona y arrogante. ¿Son esos los valores que la dirección de Ryanair desea asociar a su marca? Y eso sin entrar a valorar lo que los juzgados ya harán: la compañía ha podido incurrir en publicidad engañosa, pues la mayoría no ha podido recibir lo que se les había prometido. Pero lo dicho, eso último ya es incumplir la Ley, los mínimos sin los cuáles no hay Responsabilidad Social. Esperemos que la compañía rectifique su rumbo por el bien de su reputación corporativa, que por otra parte siempre se ha caracterizado por la innovación y la orientación a la clientela.


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