La culpa es de quién compra... mal

Hace un año, cuando en mi supermercado habitual fui a por mis yogures desnatados favoritos, me di cuenta al acercarme que sólo quedaba un pack de cuatro. Casi aliviado avancé ávido a paso ligero hacia él... ¡Oh dios mio! Alguien más ávido y ligero se me avanzó. Los cogió y les pegó un vistazo:

"Nada, que son de fresa"

Y los dejó de vuelta a su sitio. Con renovada avidez los cogí ipso facto y le comenté:

"No son de fresa, lo que pasa es que los desnatados tienen una franja de pétalos rosas"

Y quizás apenado por él le acerqué el pack para que lo cogiera. Lo rechazó, pero me comentó orgulloso:

"Es que realizan una muy buena tarea social con inserción de personas con discapacidad psíquica"

Me consta que en alguna patronal este mismo hecho lo asumen como ciencia ficción: dos consumidores, para más inri de sexo masculino , peleándose por un pack de yogures responsables. La Fageda es una marca catalana que, aunque se la conoce en los supermercados catalanes por sus productos lácteos, disponen de una sección de jardinería, vivero de plantas y ramadería propia, todo ello gestionado con personas con discapacidad psíquica. Son mis yogures, y los de mucha otra gente.

Y para ser responsables, no nos faltan opciones. Recientemente una veintena de empresas españolas se ha sumado a la certificación Fairtrade-Comercio Justo. En concreto, las empresas y organizaciones que distribuyen café certificado son Alternativa 3, Autobar-España, Azkoyen Hostelería, Cafés Batalla, Cafés Castel, Cafés CIVIT, Cafés Novell, Cafés ROVI, Cafés Saula, Café Vitoria, La Casa del Café, Gematrade, Góngora Representaciones, IDEAS, Intermon-Oxfam, Serventa, Supracafé, Tupinamba, Unión Tostadora y Vendin.

Y es que aunque el consumo responsable, alias activista, sea todavía incipiente, es innegable que existe y tiene una trayectoria in crescento. Pero es innegable que mucha de la gente que elige productos por el precio, por ejemplo, son también quiénes luego van a criticar las empresas por no ser socialmente responsable. Debería ser como quiénes en unas elecciones no participan de la vida democrática, y luego critican los políticos. No tienen legitimidad para hacerlo, tampoco quiénes compran sin responsabilidad para opinar sobre las empresas.

¿Qué incentivos van a tener sino las empresas para ser socialmente responsables? Las empresas harán lo que les pida el consumo, la clientela, no lo duden. La culpa es pues, digamos que almenos en parte, de quién compra... mal.

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